Smart Factory: integración de procesos de fabricación en empresas multi-localizadas

Competitividad y capacidad de adaptación se han convertido en los ejes sobre los cuales se sustenta el éxito de casi cualquier negocio. Hoy en día, la multitud de factores cambiantes intrínsecos a cada región y sector, tendencias macroeconómicas de un mercado global hiperconectado, aspectos regulatorios específicos de cada país, o el propio comportamiento del consumidor, pueden repercutir de manera positiva, o impactar en el sentido contrario, en los resultados de cualquier organización.

Cuando responder más rápido y mejor a los clientes pasa por optimizar las cargas de trabajo

La tendencia en el mundo actual es gestionar cada vez más de manera más inteligente, y esto afecta, como no podría ser de otra manera, al ámbito industrial, a las plantas e instalaciones industriales en las que la planificación “en tiempo real” y la optimización de los procesos productivos es fundamental para la competitividad del negocio. En la práctica, esto se hace posible mediante la incorporación de sistemas de Internet Industrial de las Cosas (IIoT) que agilizan los procesos empresariales y mejoran de manera significativa la productividad. La tendencia del todo conectado y la fabricación “en tiempo” es ya una realidad, pero esta carrera por la innovación tiene sus pros y sus contras.

‘Progressive Corners Beveling’: El algoritmo que revoluciona la forma de cortar chaflanes

Uno de los grandes obstáculos a los que se enfrenta la industria del metal es el corte de un chaflán o bisel en las esquinas. Tras meses trabajando en cómo salvar el bucle que se genera, hemos desarrollado el Progressive Corners Beveling (PCB), un algoritmo basado en un control dinámico de los 5 ejes, lo que implica que el cabezal se orienta progresivamente con el ángulo del chaflán siguiente. Es decir, ya no se mantiene perpendicular a la trayectoria del corte, como lo hace en la programación tangencial. Gracias a ello, se ahorran entre 15 mm y 30 mm de material por cada bucle. En consecuencia, no hay desperdicio de material, se gana tiempo y, por tanto, dinero.